La Niña de Papa

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El lugar de refugio y protección de toda niña, los brazos de su papa

Todavía recuerdo los años de mi niñez, en un barrio muy tradicional en Guatemala, creciendo con papa, mama y al lado de mis tres hermanos, disfrutando el jugar en el patio o en la calle todo tipo de juegos, pelota, bicicletas, trompo, escondite (y muchos otros juegos, tan divertidos, de tanta actividad, que tal vez tu no conoces…esos no eran tiempo de tecnología, eran tiempos de correr sin descansar), era tiempo hermoso, de compartir entre niños, con vecinos, con familiares y algo interesante es que no habían muchas niñas en el juego…pero yo era una de las pocas…y algo que me daba seguridad y valentía es que había alguien mas grande que me defendía en cualquier situación, el disciplinaba a los otros, el buscaba lo mejor para mi, el velaba por mi bienestar, el era mi papi….ya todos los participantes sabían…papa esta ahí y listo para cuidar y defender a Brenda…y yo me sentía tan segura y protegida.  

El tiempo transcurría, disfrutábamos hermosas platicas, caminábamos juntos tomados de la mano, el me escuchaba y yo le escuchaba aun en sus momentos de prueba, yo podía llegar al corazón de papi y tratar en mi inocencia, de ayudarle.  Disfrutábamos de una hermosa relación padre-hija, sus debilidades quedaban cubiertas por el amor que nos unía. Situaciones difíciles, problemas, tormentas en la familia. Si existían, pero todo eso sea hacia pequeño por el gran amor a papi y la esperanza que todo estaría bien.

Un día, en octubre 1978, siendo una adolescente, me doy cuenta que papa estaba en el hospital, en un centro de detoxificación, a los dos días ingresa a un intensivo de hospital, todavía lo visite en la cama, le hable al oído, no sabia que decir, parecía que la situación no era real…y ese día mi papi muere, y con él, muere un pedazo de mi corazón.  Pase días de tristeza y soledad…deseaba dormir…él no estaba…me invadía un profundo sentimiento de orfandad…quien me cuidaría

Pero en mi vida la historia cambio, el curso natural de mi vida sin papi y ese sentir de tristeza empezaron a tomar otra dirección.  Sucedió que en ese mismo año, Jesús había llegado a mi vida, le conocí como mi Salvador, mi Restaurador, todo era nuevo para mi. El me fortaleció en la prueba, ya no estaba sola en la tormenta y el desierto; pero me faltaba experimentar el amor de Dios en otra dimensión y eso sucedió en esta nueva etapa de mi vida, le conocí como mi Padre, como mi papa, como Abba Padre, mi papito. Al ser un hijo de Dios tenemos el derecho de llamarle verdaderamente «Abba Padre” (Romanos 8:15).  La palabra Abba es una palabra aramea que se puede traducir como «papá». Era un término común que los niños pequeños podían utilizar para llamar a sus padres. Significa la estrecha e íntima relación de un padre con su hijo. Es la confianza que un niño pequeño llama a su padre de «papi»

Todo inicio en forma sencilla, el poder decirle, necesito tu amor, quiero conocerte como un Padre, se que uno de tus nombres es Padre Eterno (Isaías 9:6), y su amor me fue llenando, el amor del mejor padre, su consuelo, su fortaleza llego.  A través del tiempo, mi Abba Padre, mi papito, ministro mi corazón…el luto por la perdida de papa fue sanado, no mas sola, no mas desprotegida, no mas huérfana……El tomo ese lugar…. El Padre que me sano, me restauro y ha estado conmigo año tras año.

Yo agradezco la vida de mi papa, honro su memoria, pero puedo decir con toda certeza que desde que tenia 16 anos, tengo al mejor Padre, mi Abba Padre, mi padre celestial.  El me ha dado valor, estima e identidad (Isaías 43:4), me ha protegido, me ha guiado en las decisiones mas importantes y trascendentales de mi vida como fueron mi matrimonio, el llamado al ministerio y la crianza de mis hijos, El me ha levantado cuando he necesitado una palabra de amor, un abrazo…El ha estado ahí.  Que maravilloso ha sido conocer y experimentar el amor de mi Padre Celestial.

Una de las pasiones de mi vida es llevar un mensaje de sanidad y restauración al corazón de la mujer, y vez tras vez me doy cuenta que la ausencia de paternidad produce grandes estragos en el corazón de una mujer.  Ya sea que papa se haya ido, que haya fallecido (como fue mi caso) o que sea un papa presente ausente -Presente en casa, pero ausente de la vida emocional de sus hijos-, todas estas situaciones producen heridas en el corazón del hijo o la hija…la orfandad emocional produce inseguridad, temor, baja estima, crisis de identidad, soledad…todos estos conflictos que si no se resuelven, afectan la vida de una persona.

El Padre celestial sana, llena y restaura.  Yo puedo vivir con libertad, con gozo y alegría, tengo el mejor papa del mundo.  Permíteme compartirte algunas frases hermosas pronunciadas por el Padre, esas frases yo las hice mías un día y son para ti también…

tengo al mejor Padre, mi Abba Padre, mi padre celestial
— BRENDA BRAVATTY
  • ¿Necesitas Amor?  “Con amor eterno te he amado” (Jeremías 31:3)

  • ¿Necesitas Afirmación? “Hija, tu fe te ha salvado; ve en paz” (Lucas 8:48)

  • ¿Necesitas Justificación? – “Ni yo te condeno; vete, y no peques más” (Juan 8:11)

  • ¿Necesitas Honra y Estima?  – “Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies” (Lucas 15:22)

  • ¿Necesitas Identidad? – “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”


No se si aun tienes a tu papa o no lo tienes, no se si la relación con tu papa ha sido  excelente o si la relación no ha sido buena, hoy, yo te invito a conocer al mejor papá, al mejor padre, tu Padre celestial.  Sí es posible, sí puedes tener comunión y una relación con El, no lejana sino cercana, eso te hará ser la Niña de Papa. ¡Esa es mi experiencia de vida, cada día vivo y camino sabiendo que soy la Niña de Papa, mi Papa es el mejor papa del mundo!

Dannie Bravatty